miércoles, 6 de marzo de 2013

Antihomenaje al centenario del Arte de los Ruidos


Manifiesta 
lunes 11 de marzo 2013
Anfiteatro del Centro cultural la Pirámide

1913 fue el año de la publicación del manifiesto futurista El Arte de los Ruidos, el cual auguraba una nueva forma de escuchar el mundo moderno regido por el ritmo de las máquinas. Una celebración del progreso técnico y la ubicuidad del ruido, una extraña oda al estruendo de la guerra como vía de reinvención social. A 100 años del polémico manifiesto, tras la devastación humana y ambiental que ha dejado la fe ciega en el progreso moderno la carrera tecnológica y armamentista del siglo XX, la polución sonora de las urbes como , era para nosotros importante hacer no un homenaje al manifiesto de Russolo sino una reflexión crítica. Una reflexión sobre la posibilidad subversiva del ruido y el arte en el siglo XXI, considerando las formas contradictorias de ruido hoy día y los riesgos de su neutralización. 

Estas ideas formaron parte de la mesa redonda "A 100 años del manifiesto futurista" que organizamos en el anfiteatro al aire libre del Centro Cultural la Pirámide. Además fueron el preámbulo a una serie de intervenciones ruidistas de músicos y artistas visuales de la Ciudad de México, en medio de un paisaje dominado por el ruido de los ejes viales, los puentes de concreto, cláxones, motores y silbidos de aviones sobrevolando la zona presurosamente. 
 

!Fuera! Salgamos, puesto que no podremos frenar por mucho tiempo en nosotros el deseo de crear al fin una nueva realidad musical...

he podido intuir la gran renovación de la música mediante el Arte de los Ruidos.
Luigi Russolo, 1913

"El Arte de los Ruido13's" en la Manifiesta. 
 Diversos objetos amplificados con micrófonos de contacto, un carrito de supermercado, una bicicleta, una carcasa de horno de microondas, un megáfono y un chelo son el punto de partida para evocar el funcionamiento de una máquina al borde de la descomposición. Los visuales fueron generados al momento a partir del registro de la improvisación.


1 comentario:

  1. El ruido no es por si mismo subversivo. El ruido también distrae de otras voces sonantes, el ruido calla, ensordece. Siempre es impuro. Sostiene una dialéctica con la posición de poder que se encarga de dar forma y reproducir el orden. De este modo el ruido es la materia prima del orden, es decir “la fuente del poder”.

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